Sabemos que la decoración de las viviendas alquiladas muchas veces deja mucho que desear. No es solo que no se adapte a tu estilo, es posible que te hayas encontrado con muebles viejos y desgastados que no pegan mucho entre sí.
Muchos propietarios prestan atención a los detalles y cuidan al máximo la decoración, porque saben que esta les puede ayudar a alquilar el piso antes e incluso a pedir una renta un poco más alta, pero también hay quien no le pone ningún tipo de interés a estas cuestiones.
Si te has encontrado con un piso cuya decoración no te gusta y deseas adaptarlo un poco a tu estilo y a tus necesidades, presta atención a los siguientes consejos.
Pinta el piso
Si el contrato no dice expresamente lo contrario, no hay nada que te impida darle una mano de pintura a la vivienda, pero te recomendamos que antes hables de esto con tu casero. Lo más probable es que no te ponga ningún problema y, si lo hace, siempre puedes plantearle la opción de volver a pintar la vivienda justo antes de marcharte para dejarla tal y como tú la has encontrado.
No tengas miedo de colgar cosas
Con los agujeros pasa más o menos lo mismo que con la pintura. En principio, no habrá problema para que cuelgues unos cuadros o incluso una estantería o algún mueble de la pared. Eso sí, procura hacerlo bien y no dejes la casa llena de agujeros cuando te marches.
Si vas a colgar elementos pequeños como cuadros o fotos, ya tienes en el mercado colgadores adhesivos que se retiran después sin dejar ningún tipo de marca.
En caso de que necesites hacer agujeros importantes para colgar muebles, lo recomendable sería que a la finalización del contrato los dejaras tapados.
¿Qué hacer con los muebles?
El mobiliario de un piso alquilado puede convertirse en un problema, porque seguramente no se adapte a lo que tú necesitas. Para empezar, revisa bien lo que quieres y lo que no y negocia con el casero para que se lleve todo aquello que no te hace falta.
Si los muebles son antiguos, pero te pueden servir, comenta con el propietario si le importaría que los arreglaras un poco. Puedes renovarlos totalmente con un poco de pintura o papel pintado.
En caso de que necesites algún mueble que no haya en el piso, puedes encontrar interesantes alternativas de segunda mano.
Usa el método “quita y pon”
La mayoría de los caseros son flexibles y no te van a plantear problemas si quieres hacer cambios. No obstante, lo mejor es que todos los ajustes sean de quita y pon, es decir, que cuando te marches del piso puedas dejarlo (si te lo exige el propietario) tal y como lo has encontrado en el momento de entrar a vivir en él.
Gasta lo menos posible en aquellos elementos que sepas que vas a tener que dejar en la vivienda. Para ello, puedes recurrir a la segunda mano, como veíamos antes, pero también a los outlet de mobiliario y decoración.
Cambia los textiles
Con frecuencia, los textiles que hay en un piso de alquiler están desgastados u obsoletos. Alfombras, colchas, cojines, cortinas… y contribuyen a que la vivienda no esté todo lo bonita que debería. Con una pequeña inversión en este tipo de elementos, puedes darle un cambio de imagen a la casa en solo una mañana.
Por último, no te olvides de añadir algunos toques personales como una planta, tus libros favoritos, algunas fotos… con uno poco de ingenio y algo de buen gusto, puedes convertir el piso más anodino en un bonito hogar.
