Lo bueno de comprar una vivienda de segunda mano es que siempre es algo más barata que la obra nueva. Además, dado que es normal tener que hacer algunas reformas, puedes aprovechar para adaptar todavía más tu nueva casa a tus necesidades y tus gustos.
Y no solo se trata de una cuestión estética, hay otros factores a los que debemos prestar mucha atención. Por eso, vamos a ver qué reformas son imprescindibles antes de ponerse manos a la obra con la mudanza.
Renovación de la fontanería y el sistema eléctrico
Las tuberías y los cables eléctricos no se ven a simple vista, pero cualquier desperfecto en los mismos puede tener graves consecuencias. De ahí la necesidad de hacer una revisión completa de estas instalaciones.
Si las instalaciones tienen más de 15 años, lo más aconsejable es abordar un cambio de las mismas. Incluso aunque funcionen bien, porque debido al paso del tiempo y el desgaste, si no han dado problemas ya, los acabarán dando muy pronto.
Tratar las humedades
Las manchas de humedad o la presencia de moho pueden ser comunes en edificios que ya tienen unos cuantos años. Para deshacerse de la humedad no basta con una mano de pintura, hay que ir al origen del problema porque, si no lo hacemos así, volverá a aparecer con el paso del tiempo.
En función de cuál sea la causa, la solución será una u otra. Puede ser un problema de ventilación, pero también puede deberse a un mal aislamiento térmico, o incluso podría ser una infiltración que llegue de una vivienda vecina.

Cambios en la distribución
¿Has pensado que podrías ampliar un poco el baño de tu nueva casa quitando un poco de espacio al pasillo, o tal vez te gustaría unir la cocina y el salón? Si tienes en mente llevar a cabo reformas que supongan cambios en la distribución, lo mejor es hacerlos antes de la mudanza.
Afrontar este tipo de obras de gran entidad es más sencillo cuando todavía no vives en la casa. Al no estar tus cosas por medio, los operarios trabajarán más rápido, y también harás tú más rápido la limpieza.
Cambiar las ventanas
Las ventanas influyen tanto en la estética de la casa como en su aislamiento térmico y acústico. Una ventana que no cierra bien supone una importante pérdida de calor durante el invierno, lo que da lugar a una utilización más intensiva de la calefacción, aumentando con ello el consumo energético.
Lo recomendable es elegir modelos oscilobatientes, que permiten un cierre más estanco. Con perfilería de PVC o de aluminio con rotura de puente térmico. Si vives en una zona muy ruidosa o muy fría, en lugar de escoger cristal doble apuesta por el triple y notarás la diferencia.
Cambio de suelo
El suelo es uno de los elementos que más se desgastan con el paso del tiempo. Por muy bien que arregles tu nueva casa, si el pavimento está desgastado, no conseguirás el efecto que estabas buscando.
Si el suelo está viejo, valora cambiarlo antes de empezar a meter muebles en casa. Algunos materiales incluso se pueden “revivir”. El suelo de gres se puede pulir, consiguiendo así que recupere su brillo y belleza natural. Por su parte, el parquet se puede acuchillar y barnizar.
Reformar la cocina y los baños
Por último, revisa el estado de los baños y de la cocina. Las obras en estas estancias no tienen demasiada envergadura y podrías dejarlas para más adelante, pero si ves que el cambio es urgente, valora realizar la reforma antes de la mudanza.
Con estos cambios, tu vivienda de segunda mano quedará como nueva. Estará más bonita y también será más eficiente. Lista para convertirse en tu hogar.