Cuando pensamos en comprar una vivienda a todos nos viene a la cabeza una casa que se ajusta a la perfección a nuestros gustos y a nuestras necesidades. Por eso, cuando se trata de buscar en el mercado de segunda mano, los inmuebles ya reformados son más atractivos.
Sin embargo, está creciendo el número de personas que se interesan por pisos y casas que no han sido reformados, porque su adquisición tiene ventajas que muchos pasan por alto.
Casas más baratas
El primer beneficio que obtenemos al comprar una casa para reformar es más que evidente. Si el estado del inmueble no es impecable, como compradores vamos a tener un mayor poder para negociar el precio a la baja.
El vendedor es consciente de que vamos a tener que gastar dinero tanto en la adquisición como en la reforma, y eso hará que esté más abierto a rebajar el precio.
Por otro lado, las casas que están algo anticuadas no son tan atractivas para el mercado como aquellas que han sido renovadas. Esto quiere decir que el vendedor va a recibir menos ofertas y estará más dispuesto a negociar.
Todo un mundo de posibilidades
Un inmueble con unos cuantos años y un aspecto un tanto desfasado no es muy atractivo visualmente, pero como comprador tienes que mirar un poco más allá y ver todas las posibilidades que puede ofrecerte.
Esa pequeña habitación puede unirse a la actual cocina y dar lugar a un espacio grande y luminoso en el que toda tu familia pasará mucho tiempo. O podrías convertir la vieja y descuidada terraza en un espacio totalmente integrado dentro del salón.
La gran ventaja de tener que hacer una reforma es que puedes convertir una casa antigua en un inmueble totalmente renovado. Un hogar que se adapta a la perfección tanto a tus gustos como a las necesidades de tu familia.

Hay que pagar menos impuestos
Cuando compras una casa de segunda mano tienes que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), cuyo importe se calcula en función de lo que vas a pagar por el inmueble.
Si consigues rebajar el precio pedido por el comprador, esto significa que también vas a pagar menos impuestos, así que ahorras por partida doble.
Existen ayudas para reformar tu casa
Está claro que hacer una reforma de gran envergadura tiene un coste elevado. Por suerte, no siempre vas a tener que afrontarlo en su totalidad. Es muy común que las Comunidades Autónomas tengan ayudas y subvenciones que te ayudarán a ahorrar.
Algunas de las más habituales son las aprobadas para el cambio de ventanas por modelos más eficientes o para la renovación de los sistemas de climatización.
Puedes vivir justo donde quieres
El espacio para construir se está agotando, especialmente en las grandes ciudades. Así que si quieres una vivienda de nueva construcción es posible que tengas que desplazarte mucho hacia la periferia.
A día de hoy son más los pisos en venta que necesitan una reforma que aquellos que ya están listos para entrar a vivir. En consecuencia, esto te permite buscar tu casa justo en aquellos barrios que más te interesan, por muy céntricos que sean.
Puedes apostar por la eficiencia energética
Si vas a reformar una vivienda, puedes aprovechar la obra para hacer instalaciones y utilizar materiales que potencien su eficiencia energética. Por ejemplo, ventanas con rotura de puente térmico o de materiales no transmisores como el PVC, instalación de placas solares, de una caldera de biomasa, etc.
A primera vista, una vivienda a reformar puede no seducirte demasiado pero, si planificas bien la reforma, el resultado puede ser mejor que si compraras una vivienda totalmente nueva.