Si estás pensando en alquilar un piso o una casa de tu propiedad, seguro que la solvencia del inquilino es una de las cosas que más te preocupan. Vamos a ver qué documentación puedes pedir en estos casos para resolver tus dudas sobre la capacidad económica del posible arrendatario.
Contrato de trabajo y tres últimas nóminas
Lo más habitual es pedir al inquilino que presente una copia de su contrato de trabajo actual y las tres últimas nóminas. El objetivo de esto es asegurarte de que la persona interesada en alquilar tu piso tiene unos ingresos regulares.
Si trata de un autónomo o de un pensionista, lo más fácil es pedirle la copia de la declaración de la renta del último año, allí podrás ver los ingresos que obtiene.
Muchos propietarios todavía creen que alquilar una vivienda a un autónomo tiene más riesgo porque su negocio puede ir mal, pero esta creencia no tiene mucho sentido. Un trabajador por cuenta ajena puede tener un contrato desde hace más de 10 años y verse en la calle de un día para otro, y la situación sería exactamente la misma.
No obstante, si tienes dudas, sí le puedes pedir al autónomo que te entregue un certificado de estar al día con Hacienda y con la Seguridad Social. Si puede asumir sus compromisos económicos con estas Administraciones, es más que probable que no tenga problemas para pagar la renta que pides.
¿Le puedo pedir un certificado de movimientos bancarios al posible inquilino?
Esta práctica parece haberse puesto de moda. Se trata de pedirle al interesado en alquilar la vivienda un certificado bancario que ponga de manifiesto los movimientos que ha experimentado su cuenta corriente en los últimos tres meses.
Esto supone una notable intromisión en la intimidad de la persona que no es para nada necesaria. ¿Cómo te sentirías si un desconocido te pidiera a ti esa información?
Una cosa es que el posible inquilino demuestre su solvencia a través de su nómina o su declaración de la renta, y otra muy diferente que entremos de lleno a ver cómo gasta su dinero, porque eso no es asunto nuestro.
Si estás en un punto en el que tienes tanto miedo de que un inquilino te deje de pagar que quieres saber hasta el último detalle de su economía más privada, plantéate que quizá lo de obtener rentabilidad con una propiedad inmobiliaria no es para ti. Como propietario de una casa en alquiler, siempre asumes un cierto riesgo, exactamente igual que cuando inviertes tu dinero en cualquier otro producto que pueda dar rendimientos económicos.

Calcula la solvencia de tu inquilino
Cuando el posible arrendatario te presenta sus nóminas o la declaración de la renta, no es solo para que compruebes que tiene ingresos, también para que hagas tus propios cálculos, igual que hace el banco cuando va a conceder una hipoteca.
Si después de pagar el alquiler al inquilino le quedan libres, al menos, un 60% de sus ingresos mensuales, es síntoma de que estamos ante una persona solvente que no tendrá problema en hacer frente al pago de la renta que estás pidiendo.
¿Qué debes hacer con la documentación?
Las nóminas, la declaración de la renta, el contrato de trabajo… estamos hablando de documentos que contienen información de carácter personal que debe ser bien protegida. Por eso, lo mejor es que no te quedes copia de estos documentos. Simplemente revísalos y devuelvelos a su propietario, así te evitas posibles problemas.
Comprobar la solvencia de tu inquilino es algo que debes hacer para asegurarte de que te puede pagar, pero recuerda que en ningún caso debes vulnerar la privacidad y la intimidad de las personas, así que no te excedas pidiendo documentos e informaciones que realmente no te hacen falta para tomar tu decisión.